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Composición:
Tabletas 2.5 mg: cada tableta para uso oral contiene: Warfarina Sódica Cristalina 2.5 mg. Excipientes: Lactosa; Almidón; Estearato de Magnesio. Tabletas 5 mg: cada tableta para uso oral contiene: Warfarina Sódica Cristalina 5 mg. Excipientes: Lactosa; Almidón; Estearato de Magnesio.
Descripción: Coumadin (warfarina sódica cristalina) es un anticoagulante de los factores dependientes de la vitamina K. Desde el punto de vista químico es un clatrato de isopropanol de warfarina sódica cristalina. La cristalización de warfarina sódica elimina virtualmente cualquier rastro de impurezas que esté presente en la warfarina sódica amorfa. De esta forma se logra un producto cristalino de la más alta pureza. Warfarina es el nombre genérico creado para 3-(alfa-cetonilbenzil)-4-hidroxicumarina.
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Indicaciones:
Coumadin está indicado en la profilaxis o el tratamiento de la trombosis venosa y su extensión, tromboembolismo pulmonar, tromboembolismo asociado con fibrilación auricular, y como un elemento coadyuvante de la embolia sistémica luego de producirse un infarto de miocardio.
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Propiedades:
Coumadin y otros anticoagulantes cumarínicos actúan mediante la inhibición de la síntesis de factores de coagulación dependientes de la vitamina K. El efecto in vivo resultante es una depresión secuencial de las actividades de los factores VII, IX, X y II. El grado de depresión depende de la dosis que se administra. Los anticoagulantes no presentan un efecto directo en un trombo establecido, como tampoco anulan el daño del tejido isquémico. Sin embargo, una vez que ya se ha originado un trombo, el propósito del tratamiento anticoagulante es impedir una mayor extensión del coágulo que se ha formado y, al mismo tiempo, evitar las complicaciones tromboembólicas secundarias que podrían tener como resultado graves secuelas, algunas posiblemente fatales. Luego de la administración de Coumadin, la absorción es esencialmente total y se logran las concentraciones plasmáticas máximas entre 1 y 9 horas. Aproximadamente el 97% está asociado con la albúmina plasmática. Por lo general se produce un efecto anticoagulante dentro de 24 horas; no obstante, el máximo efecto anticoagulante puede demorar de 72 a 96 horas y la duración de su acción puede persistir 4 a 5 días, de esta manera produce una curva de respuesta suave y de larga duración. Coumadin es metabolizado por las enzimas microsómicas hepáticas a metabolitos inactivos que son excretados en la bilis, reabsorbidos y excretados en la orina. Coumadin es un poderoso fármaco con una vida media de 2,5 días; por lo tanto, sus efectos pueden hacerse más pronunciados en la medida que se trasladan las dosis de mantención diarias.
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Posología:
Se debe individualizar, para cada paciente, la dosificación y administración de Coumadin, de acuerdo con la sensibilidad particular de cada paciente frente al fármaco. Se debe ajustar la dosificación de acuerdo con los resultados del PT. Los diferentes reactivos de tromboplastina varían, de manera sustancial, en su capacidad de respuesta a los efectos en el PT inducidos por la warfarina sódica. Para definir el régimen terapéutico adecuado, es importante estar familiarizado con la sensibilidad de los reactivos de tromboplastina que se utilizan en el laboratorio y su relación con la Preparación de Referencia Internacional (IRP = International Reference Preparation), un reactivo de tromboplastina sensible, preparado a partir del cerebro humano. Estudios clínicos recientes sobre los anticoagulantes de uso oral, que establecieron las bases para los rangos terapéuticos recomendados de 1.5 a 2.5 de control de tiempos PT, utilizaron tromboplastina de cerebro de conejo, menos sensibles, comúnmente empleadas en las pruebas de PT actuales, se debieron realizar ajustes para el rango de PT que se eligió como objetivo, lo que demostró su disminución de sensibilidad. Las evidencias clínicas disponibles indican que basta un INR de 2.0-3.0 (por ej.: un rango PT de 1.2-1.5, cuando se mide con los reactivos de tromboplastina menos sensibles, ISI = 2.8 (tabla 1) para una profilaxis y un tratamiento de tromboembolismo venoso y que minimiza el riesgo de una hemorragia asociada con INRs más elevados. Cinco ensayos clínicos recientes evaluaron los efectos de la warfarina en pacientes que no presentaban una fibrilación auricular valvular (AF). Hallazgos de metaanálisis de estos estudios revelaron que la reducción de los eventos tromboembólicos con warfarina, incluyendo la apoplejía, eran similares, incluso a un INR moderadamente alto (2.0-4.5º a un INR bajo (1.4-3.0). Se registro una significativa reducción de sangramientos menores a un INR bajo. No se encuentran disponibles informaciones similares que surjan de estudios clínicos en pacientes que presentan fibrilación auricular valvular. Los ensayos en pacientes con fibrilación no-valvular apoyan las recomendaciones del American College of Chest Physicians (ACCP) en cuanto a que se debe utilizar un INR de 2.0-3.0 para una terapia con warfarina a largo plazo en pacientes AF. En los casos en que se presenta un alto riesgo de tromboembolismo se requerirá un INR más elevado. Un rango de PT superior a 2.0 parece no proporcionar beneficios terapéuticos adicionales en la mayor parte de los pacientes y está asociado a un mayor riesgo de sangramiento. Se recomienda una profilaxis a largo plazo con warfarina, IRN 2.5-3.5, para los pacientes que poseen válvulas cardíacas mecánicas. Para los pacientes con válvula bioprotésica el American College of Chest Physicians, basándose en informaciones limitadas, recomienda la terapia con warfarina a un IRN de 2.0-3.0 por un período de 12 semanas, luego de que se ha realizado la inserción de la válvula. En los pacientes que presentan factores de riesgo adicional, como por ejemplo fibrilación auricular o una embolia previa, se debe tomar en consideración una terapia de largo plazo. Los procedimientos y recomendaciones de la Conferencia Nacional de la Terapia Antitrombótica de 1986 revisan y evalúan aspectos relacionados con la terapia de anticoagulantes orales y la sensibilidad de los reactivos de tromboplastina, además de proporcionar pautas adicionales que tienen como propósito definir el régimen terapéutico más apropiado. La conversión del INR a rangos de PT para los rangos terapéuticos de menor intensidad (INR 2.0-3.0) y
Ver Tabla
En 1983 la Organización Mundial de la Salud introdujo un sistema de estandarización de PT en el control del anticoagulante oral. Se basa en la determinación de un Rango Normalizado Internacional (INR=Internacional Normalized Range) que proporciona una base común para la comunicación de los resultados de PT y para la interpretación de los rangos terapéuticos. El INR surge de las calibraciones de los reactivos comerciales de tromboplastina contra una tromboplastina de cerebro humano sensible, la IRP. Para tres de las tromboplastinas comerciales de cerebro de conejo que se utilizan actualmente en los Estados Unidos un rango PT de 1.3 a 2.0 es equivalente a un INR de 22.0 a 4.0. Para otras tromboplastinas, el INR puede calcularse de la siguiente manera: INR=( rango de PT observado). En el que ISI (Indice de Sensibilidad Internacional) corresponde al factor de calibración y está disponible por los fabricantes del reactivo de tromboplastina. Dosis inicial: se debe individualizar la dosificación de Coumadin de acuerdo con la sensibilidad que presenta el paciente frente al fármaco, como lo indica el rango de PT o el INR. La utilización de altas dosis de carga puede aumentar la incidencia de hemorragia y otras complicaciones, además no brinda una protección más rápida contra la formación de trombos, por lo tanto no está recomendada. Se recomiendan bajas dosis de iniciación para pacientes de edad avanzada o debilitados y para pacientes que presentan un aumento en la sensibilidad al Coumadin (ver Precauciones). Se recomienda iniciar la terapia con Coumadin (warfarina sódica cristalina) con una dosis de 2 a 5 mg diarios con un ajuste de la dosificación basado en los resultados arrojados por las determinaciones de PT o INR. Mantención: la mayoría de los pacientes se mantienen de manera satisfactoria con una dosis de 2 a 10 mg al día. Se puede lograr la flexibilidad en la dosificación partiendo en mitades las tabletas ranuradas. Se debe estimar la dosis individual y el intervalo de acuerdo con la respuesta de protrombina del paciente (PT o INR). Duración de la terapia: se debe individualizar, para cada paciente, el tiempo de duración de la terapia. Por lo general, se debe continuar la terapia anticoagulante hasta que se haya superado el peligro de trombosis o de embolia. Control de laboratorio: el PT refleja la depresión de los factores VII, IX, X y II dependientes de la vitamina K. Existen una gran cantidad de modificaciones en el PT y el médico debe familiarizarse con los métodos específicos utilizados en su laboratorio. El grado de anticoagulación que indica cualquiera de los rangos de PT puede verse alterado por el tipo de tromboplastina utilizada; el rango terapéutico adecuado debe basarse en la experiencia de cada laboratorio. Se debe determinar el rango de PT de manera diaria, luego de la administración de la dosis inicial, hasta que los resultados de PT se estabilicen en el rango terapéutico. Los intervalos entre las determinaciones subsecuentes de PT se deben basar en el juicio que el médico tenga acerca de la responsabilidad del paciente y de su respuesta al Coumadin, de manera de mantener al individuo dentro del rango terapéutico. Los intervalos aceptables para las determinaciones de PT, por lo general, se encuentran dentro del rango de 1 a 4 semanas, una vez que se haya determinado la dosificación estable. Para garantizar un control adecuado, se recomienda realizar pruebas adicionales de PT, cuando se están administrando concomitantemente otros medicamentos junto a Coumadin (ver Precauciones). Tratamiento durante la cirugía y la cirugía dental: el manejo de los pacientes que están sometidos a procedimientos quirúrgicos y dentales, requiere de una estrecha comunicación entre los médicos, dentistas y cirujanos tratantes. Para los pacientes que requieren ser anticoagulados antes, durante o inmediatamente después de los procedimientos quirúrgicos o dentales, el hecho de ajustar la dosificación de Coumadin para mantener el PT en el extremo inferior del rango terapéutico, permitiría continuar de manera segura con la anticoagulación. El sitio operativo debe ser lo suficientemente delimitado y accesible como para permitir la utilización efectiva de los procedimientos locales para la hemostasis. En estas condiciones, se pueden llevar a cabo los procedimientos dentales y quirúrgicos sin que se presente ningún riesgo indebido de hemorragia. Conversión a partir de la terapia con heparina: se prefiere la utilización de heparina, inicialmente, para una rápida anticoagulación ya que el inicio de acción de Coumadin es más lento. La conversión a Coumadin puede iniciarse concomitantemente con la terapia con heparina, o se debe retardar 3 a 6 días. Debido a que la heparina podría afectar el PT, a los pacientes a los que se les administra tanto heparina como Coumadin se les deberán realizar determinaciones de PT, al menos: 5 horas después de la última dosis en bolus de heparina o 4 horas después del término de la administración de infusión continua I.V. de heparina, o 24 horas después de la última inyección subcutánea de heparina.
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Efectos Colaterales:
Las reacciones adversas potenciales de Coumadin pueden incluir: hemorragia desde un tejido u órgano. Esto es una consecuencia del efecto anticoagulante. Los signos y síntomas variarán de acuerdo con la ubicación y grado de extensión del sangramiento. Las complicaciones producto de la hemorragia pueden presentarse en la forma de parálisis, cefalea, dolor en el pecho, abdomen, coyunturas o en otras partes del cuerpo; respiración entrecortada, dificultad para respirar o tragar; hinchazón sin causa aparente. Por lo tanto, se debe considerar la posibilidad de una hemorragia al evaluar la condición de cualquier paciente anticoagulado que presenta malestares que no indican un diagnóstico evidente. El sangramiento que se produce durante la terapia con anticoagulantes no siempre se correlaciona con la actividad de la protrombina (ver Sobredosificación). El sangramiento que se produce cuando el PT está dentro del rango terapéutico garantiza la investigación de diagnóstico, ya que puede revelar una lesión previamente insospechada, por ejemplo, tumor, úlcera, etc. Necrosis de la piel y de otros tejidos (ver Advertencias). No son frecuentes otras reacciones adversas que consisten en alopecia, urticaria, dermatitis, fiebre, náuseas, diarrea, calambres abdominales, microembolización sistémica de colesterol, síndrome dedo púrpura, lesión hepática colestática y reacciones de hipersensibilidad. El priapismo se ha asociado con la administración de anticoagulantes, sin embargo no se ha establecido una relación causal.
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Contraindicaciones:
La anticoagulación está contraindicada en cualquier condición física general o localizada o circunstancia personal en la que el riesgo de hemorragia puede ser mayor que los potenciales beneficios clínicos de la anticoagulación, como por ejemplo: Embarazo: Coumadin está contraindicado en mujeres que están embarazadas o podrían estarlo, debido a que el fármaco atraviesa la barrera placentaria y puede causar una hemorragia con consecuencia fatales para el feto in útero. Además, existen antecedentes de malformaciones en niños nacidos de madres que han sido tratadas con warfarina durante su embarazo. Se ha informado de embriopatías caracterizadas por la hipoplasia nasal con o sin epífisis punteadas (condrodisplasia punteada) en mujeres embarazadas que han estado expuestas a warfarina durante los tres primeros meses de su embarazo. Además se ha informado de malformaciones del Sistema Nervioso, incluyendo displasia de la línea media dorsal, caracterizada por la agénesis del cuerpo calloso, la malformación Dandy-Walker y atrofia de la línea media del cerebelo. También se ha observado displasia de la línea media ventral, caracterizada por atrofia óptica y malformaciones oculares. Se conoce también la existencia de retraso mental, ceguera y otras malformaciones del SNC, que están asociados a la exposición durante el segundo y tercer trimestre del embarazo. Aunque raros, existen informes teratogénicos que han monitoreado la exposición in útero a la warfarina, y que registran anomalías en la vías urinarias como por ejemplo la presencia de un solo riñón, así como también asplenia, anencefalia, espina bífida, parálisis del nervio craneal, hidrocefalia, defectos cardíacos y patología cardíaca congénita, polidactilia, malformaciones de los dedos de los pies, hernia del diafragma y leucoma de la córnea. Se asocia al uso de la warfarina, a la presencia de aborto espontáneo y parto de un feto muerto, además de un alto riesgo de mortalidad fetal. Las mujeres con un alto potencial de procreación que son candidatas a una terapia con anticoagulante deben someterse a una cuidadosa evaluación y las indicaciones deben ser revisadas, de manera acuciosa, junto a la paciente. Si la paciente se embaraza mientras el fármaco le está siendo administrado, ella deberá ser advertida de los riesgos que podrá correr el feto. Tendencia a la hemorragia o discrasias sanguíneas: Cirugía reciente o programada de: SNC; ojos; cirugía por traumatismo que tiene como resultado grandes superficies abiertas. Tendencias al sangramiento asociadas a la ulceración activa y al sangramiento abierto de: las vías respiratorias, genitourinarias y gastrointestinales; hemorragia cerebrovascular; aneurisma cerebral, aorta disecante; pericarditis y derrames pericardiales; endocarditis bacteriana. Riesgo de aborto: eclampsia y preeclampsia. Instalaciones inadecuadas de laboratorio: o senilidad no supervisada, alcoholismo, sicosis, o falta de cooperación por parte del paciente. Punción espinal: y otros procedimientos terapéuticos o de diagnósticos con potencial de sangramiento incontrolable. Otros: principales anestesias e hipertensión maligna.
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Advertencias:
Los riesgos más importantes que se asocian con la terapia anticoagulante con warfarina son la hemorragia en cualquier tejido u órgano y, con menor frecuencia, necrosis o gangrena cutánea y de otros tejidos. El riesgo de hemorragia se relaciona al nivel de intensidad y a la duración de la terapia anticoagulante. En algunos casos se ha informado que la hemorragia y la necrosis tienen como resultado la muerte o la discapacidad permanente. La necrosis se presenta asociada a trombosis local y, por lo general, aparece a los pocos días de iniciada la terapia anticoagulante. En los casos graves de necrosis, se ha informado de tratamiento mediante el desbridamiento o amputación del tejido, extremidad, pecho o pene afectado. Se requiere de un diagnóstico detallado para determinar si la necrosis ha sido causada por una enfermedad subyacente. Se debe descontinuar la terapia con warfarina cuando se sospecha que ésta es la causa del desarrollo de necrosis y se debe considerar la terapia con heparina para la anticoagulación. A pesar de que se han probado diversos tratamientos, no existe un tratamiento para la necrosis que se considere uniformemente efectivo. Ver a continuación para mayor información sobre condiciones de predisposición. Se debe evaluar estos otros riesgos que se asocian con la terapia de anticoagulación contra el riesgo de trombosis o embolia en casos que no han sido tratados. No se puede enfatizar de manera categórica que el tratamiento de cada paciente es un aspecto altamente individual. Se debe controlar la dosis mediante determinaciones periódicas del tiempo protrombina (PT=Prothrombin Time) u otra prueba apropiada. La determinación de los tiempos de sangramiento y de coagulación sanguínea no son medidas efectivas para controlar la terapia. La heparina prolonga el PT de una etapa. Si se administra la heparina y Coumadin en la forma concomitante, buscar más adelante las recomendaciones para Conversión a partir de la terapia con heparina. Se debe tener precaución en los casos en que se administra Coumadin en cualquier situación o en presencia de cualquier condición de predisposición de hemorragia o necrosis. La terapia de anticoagulación con Coumadin puede aumentar la liberación de émbolos de la placa ateromatosa, aumentando, por lo tanto, el riesgo de complicaciones a partir de la microembolización sistémica de colesterol, incluyendo el "síndrome dedo púrpura". Se recomienda discontinuar la terapia con Coumadin en los casos en que se observan tales fenómenos. Los ateroémbolos sistémicos y los microémbolos de colesterol pueden acarrear como consecuencia una vasta gama de signos y síntomas incluyendo el síndrome dedo púrpura, livedo reticularis, rash, gangrena, dolor abrupto e intenso en las piernas, pies o dedos, úlceras en los pies, mialgia, gangrena peneal, dolor abdominal, dolor de la espalda o de los flancos, hematuria, insuficiencia renal, hipertensión, isquemia cerebral, infarto de la médula espinal, pancreatitis, síntomas simulando una poliarteritis o cualquier otra secuela de compromiso vascular debida a una oclusión embólica. Los órganos viscerales más comúnmente involucrados son los riñones, a éstos les siguen el páncreas, el bazo y el hígado. Algunos casos han concluido en necrosis o muerte. El síndrome dedo púrpura es una complicación de la anticoagulación oral caracterizada por un color púrpura o moteado oscuro en los dedos, que por lo general se presenta entre las tres y diez semanas, o más adelante, luego de haber comenzado una terapia con warfarina o con compuestos relacionados. Las características principales de este síndrome incluyen un color púrpura en las superficies plantares y en los costados de los dedos que palidecen a una presión moderada y se acentúan al elevar las piernas; dolor y sensibilidad anormal de los dedos; empalidecimiento y cambios de color a medida que transcurre el tiempo. Aunque se conoce la posibilidad de revertir este síndrome, algunos casos llegan a convertirse en gangrena o necrosis, lo que podría requerir desbridamiento del área afectada o incluso podría llegarse a la amputación. La decisión de administrar anticoagulantes en las siguientes condiciones debe estar basada en juicio clínico en el que se evalúen los riesgos de la terapia con un anticoagulante, en contraposición a sus beneficios: Lactancia: Coumadin (warfarina sódica cristalina) se presenta de manera inactiva en la leche de las madres en período de lactancia. Los lactantes amamantados por madres que están siendo tratadas con Coumadin no presentaron cambios en los tiempos de protrombina (PTs). No se han evaluado los efectos en infantes prematuros. Insuficiencia renal o hepática, severa o moderada. Enfermedades infecciosas o alteraciones en la flora intestinal: esprue, terapia con antibióticos. Trauma que pueda provocar sangramiento interno. Cirugía o trauma que tienen como resultado grandes áreas de superficies expuestas. Catéteres residentes. Hipertensión severa o moderada. Deficiencia conocida o supuesta de la proteína C: esta condición hereditaria o adquirida, de la cual se debe sospechar si existe un historial de episodios recurrentes de desórdenes tromboembólicos en el paciente o en la familia, ha sido asociada a un incremento del riesgo a desarrollar necrosis luego de la administración de warfarina. Se puede presentar la necrosis de tejido en ausencia de la deficiencia de proteína C. Se ha informado que la terapia con Coumadin puede minimizar la incidencia de esta reacción. La terapia con warfarina debe ser discontinuada cuando se sospecha que sea la causa del desarrollo de necrosis y se debe considerar la terapia con heparina para la anticoagulación. Otros: policitemia vera, vasculitis, diabetes severa, severos desórdenes anafilácticos y alérgicos. Los pacientes que sufren de una patología cardíaca congestiva pueden hacerse más sensibles a Coumadin, y por consiguiente pueden requerir un monitoreo de laboratorio más frecuente y de dosis reducidas de Coumadin. No se recomienda el uso concomitante de anticoagulantes con estreptoquinasa o uroquinasa, debido a que puede ser riesgoso (Rogamos tomar en consideración las recomendaciones que acompañan a esos productos).
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Precauciones:
Es vital la determinación periódica del PT u otra prueba adecuada de coagulación. Existen numerosos factores que pueden ejercer influencia sobre la respuesta del paciente hacia los anticoagulantes ya sea solos o combinados y éstos incluyen viajes, cambios en la dieta, ambiente, condición física y medicación. Por lo general es aconsejable monitorear la respuesta del paciente con determinaciones adicionales de PT en el período inmediatamente posterior al momento en que es dado de alta desde el hospital, y en cualquier momento en el que se haya iniciado, discontinuado o no seguido adecuadamente otras medicaciones. La siguiente es una lista de factores que también podrían afectar la respuesta anticoagulante. Los siguientes factores, solos o combinados, pueden ser responsables de un incremento de la respuesta de PT.
Ver Tabla
Además: otras medicaciones que afectan los elementos sanguíneos, los que pueden modificar la hemostasis: deficiencias en la dieta, clima caluroso prolongado, determinaciones de PT no confiables. Los siguientes factores, solos o combinados, pueden ser responsables de una respuesta disminuida de TP:
Ver Tabla
Además: dieta rica en vitamina K, determinaciones de PT no confiables. Debido a que un paciente puede estar expuesto a una combinación de los factores anteriormente mencionados, no se puede predecir el efecto global de Coumadin en la respuesta de PT. Por lo tanto, se aconseja el monitoreo más frecuente del PT. Los medicamentos con interacción desconocida con cumarinas deben ser observados, siempre manteniendo la precaución. Una vez que se comienzan o se detienen estas medicaciones se aconseja un monitoreo de PT más frecuente. Los derivados cumarínicos también pueden afectar la acción de otros fármacos. Los agentes hipoglicémicos (clorpropamida y tolbutamida) y los anticonvulsivantes (fenitoína y fenobarbital) se pueden acumular en el organismo como resultado de la interferencia ya sea con su metabolismo o con su excreción. Se ha informado que la administración concomitante de warfarina y ticlopidina puede ser asociada a la hepatitis colestática. Pacientes con riesgo especial: se debe tener especial precaución cuando se administra warfarina a determinados pacientes como ancianos o debilitados, o cuando se administra en cualquier situación o condición específica en donde éste presente un riesgo adicional de hemorragia. Las inyecciones intramusculares de medicaciones concomitantes deben limitarse a las extremidades superiores, lo que permite un fácil acceso para la compresión manual, la verificación de sangramiento y la utilización de vendas de presión. Se debe tener especial precaución cuando se administra warfarina de manera concomitante con fármacos antiinflamatorios no esteroidales, incluyendo aspirina, de modo de asegurarse que no sea necesario ningún cambio en la dosis del anticoagulante. Además de las interacciones de fármacos específicos que puedan afectar el PT, los NSAIDs, incluyendo la aspirina pueden inhibir la agregación plaquetaria y pueden provocar sangramiento gastrointestinal, ulceración y/o perforación péptica. Carcinogénesis, Mutagénesis, Disminución de la Fertilidad: no se han realizado estudios de mutagénesis o carcinogénesis con Coumadin. Tampoco se han evaluado los efectos de Coumadin sobre la reproducción. Utilización durante el embarazo: Categoría X de embarazo. (Ver Contraindicaciones). Utilización Pediátrica: no se ha determinado la seguridad y efectividad en niños menores de 18 meses. Información para los pacientes: el objetivo de la terapia anticoagulante es el de controlar el mecanismo de coagulación de manera de prevenir la trombosis, al mismo tiempo evitar el sangramiento espontáneo. Los niveles terapéuticos efectivos con complicaciones mínimas son en parte dependientes de los pacientes cooperadores y bien instruidos quienes se comunican de manera efectiva con el médico. Diversas guías educativas para los pacientes tratados con Coumadin se encuentran disponibles para los médicos que así lo requieran. Los pacientes deben ser aconsejados en cuanto a que: Es necesario una estricta obediencia al programa prescrito de dosificación. No tomar o discontinuar cualquier otra medicación excepto según orden expresa del médico. Evite el alcohol, los salicilatos (ej. : Aspirina y analgésicos tópicos), grandes cantidades de vegetales de hojas verdes y/o cambios drásticos en los hábitos de alimentación, ya que estos pueden afectar la terapia con Coumadin. Coumadin puede originar una coloración roja anaranjada de la orina alcalina. El paciente debe notificar al médico si desarrolla cualquier enfermedad, como por ejemplo, diarrea, infección o fiebre o, si se presenta cualquier síntoma inusual como dolor, hinchazón o malestar. También debe dar aviso, de presentarse un sangramiento nasal o sangramiento de las encías debido al cepillado, sangramiento o contusiones inusuales, orina roja o café oscura, deposiciones rojas o negras; o diarrea.
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Sobredosificación:
Signos y síntomas: la sospecha de sangramiento o el sangramiento anormal abierto (como por ejemplo, la presencia de sangre en las deposiciones o en la orina, hematuria, excesivo flujo menstrual, melena, petequias, excesivas contusiones o la exudación persistente de heridas superficiales) son manifestaciones tempranas de anticoagulación más allá de un nivel satisfactorio y seguro. Tratamiento: se debe controlar la excesiva anticoagulación, con sangrado o sin él, mediante la suspensión de la terapia con Coumadin y, de ser necesario, mediante la administración oral o parenteral de vitamina K (consultar las recomendaciones que acompañan las preparaciones de vitamina K previa utilización). Este tipo de utilización de la vitamina K, disminuye la respuesta a la terapia subsecuente con Coumadin. Los pacientes podrían volver a un estado trombótico previo al tratamiento, seguido de una rápida reversión de un PT prolongado. La reanudación de la administración de Coumadin invierte el efecto de la vitamina K, y se puede volver a obtener un PT terapéutico mediante el cuidadoso ajuste de la dosificación. Será más aconsejable una terapia inicial con heparina si lo que se ha indicado es una rápida anticoagulación. Si un sangramiento mínimo evoluciona a un sangramiento mayor, administrar entre 5 a 25 mg. (en escasas oportunidades más de 50 mg.) de vitamina K parenteral. En situaciones de emergencia de una hemorragia severa, se deben regresar los factores coagulantes a niveles normales mediante la administración de 200 a 500 ml. de sangre pura fresca o de plasma fresco congelado, o administrado el complejo comercial Factor IX. Se asocia el riesgo de contraer hepatitis u otra enfermedad viral con la utilización de este tipo de productos sanguíneos; también se asocia la utilización del complejo Factor IX con un aumento del riesgo de trombosis. Por lo tanto, este tipo de preparaciones sólo deben ser utilizadas en episodios excepcionales o de sangramiento que pongan en riesgo la vida, secundarios a una sobredosis de Coumadin. No se deben utilizar las preparaciones purificadas del Factor IX, debido a que éstas no aumentan los niveles de protrombina, del Factor VII, y del Factor X que también se deprimen junto a los niveles del Factor IX, como un resultado del tratamiento de Coumadin. También se puede administrar concentrado de glóbulos rojos si se produce una pérdida significativa de sangre. Se deben monitorear de manera cuidadosa las infusiones de plasma o de sangre para evitar la precipitación de un edema pulmonar en los pacientes de edad avanzada o en pacientes cardiópatas.
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Presentaciones:
Tabletas 2.5 mg: envase conteniendo 20 tabletas color verde claro. Tabletas 5 mg: envase conteniendo 20 tabletas color durazno.
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