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Composición:
Cada ampolla de 2 ml contiene: Furosemida Sódica 21.3 mg (equivalente a 20 mg de Furosemida).
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Acción Terapéutica:
Diurético.
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Indicaciones:
Edemas derivados de cardiopatías y hepatopatías (ascitis). Edemas derivados de nefropatías (en el síndrome nefrótico la terapia de enfermedades causales tiene prioridad). Insuficiencia cardíaca aguda, particularmente en edema pulmonar (se emplea junto a otras medidas terapéuticas). Crisis hipertensiva (junto con otras medidas antihipertensivas). Ayuda a la diuresis forzada en las intoxicaciones medicamentosas.
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Posología:
En general se debe usar la dosis más baja que logre el efecto deseado. Salvo prescripción facultativa contraria, se administran dosis iniciales de 20 a 40 mg (1-2 ampollas) por vía I.V. o en casos excepcionales por vía I.M. a adultos y jóvenes a partir de 15 años de edad. Si el efecto diurético de esta dosis no es satisfactorio, podrá aumentarse la misma a razón de 20 mg (1 ampolla) cada 2 horas, hasta que se alcance el efecto deseado. La dosis así obtenida se administra entonces 1 ó 2 veces al día. Edema pulmonar agudo: se comienza con una dosis inicial de 40 mg de Lasix (2 ampollas), administrada por vía I.V. De requerirlo el estado del paciente, se inyectan otros 20-40 mg de Lasix (1-2 ampollas), transcurridos 20 minutos. Diuresis forzada: se administran 20 a 40 mg de Lasix (1-2 ampollas) en adición con una solución de electrolitos en infusión. El tratamiento subsiguiente depende del volumen de excreción y debe incluir sustitución de líquido y electrolitos. En las intoxicaciones con sustancias ácidas o básicas, la alcalinización o acidificación respectivamente de la orina, pueden incrementar aún más los índices de diuresis. Administración a lactantes y niños mayores de 15 años de edad: en principio se debe administrar Lasix por vía oral. Se procede a la administración parenteral, eventualmente la infusión continua de gotas, únicamente en casos graves. Por regla general la dosis para la inyección I.V. o I.M. es de 1 mg de furosemida por kg de peso corporal pudiendo incrementarse en 1 mg adicional por kg de peso corporal a intervalos de 2 horas, hasta lograr el efecto deseado, hasta una dosis máxima de 20 mg de Lasix (1 ampolla) al día. Administración: la administración I.V. de Lasix 20 mg está indicada en todos los casos en que la administración oral no sea posible o no sea efectiva (daño de la absorción intestinal o cuando se requiere un efecto rápido). En la administración I.V., Lasix 20 mg se inyectará lentamente, a una velocidad máxima de 4 mg por minuto. La administración I.M. debe estar restringida a casos excepcionales donde no sea posible la administración oral ni I.V. La inyección I.M. no es adecuada en tratamientos agudos como edema pulmonar. El cambio de la administración parenteral a oral debe efectuarse tan pronto como sea posible. La solución para la administración parenteral tiene un pH de alrededor de 9; y carece de efecto tampón. Por ello, la sustancia activa puede precipitar si el pH es inferior a 7. Por ello si Lasix 20 mg es diluido, debe tenerse la precaución siempre de que el pH de la solución preparada se mantenga dentro de un margen algo alcalino hasta neutro. Una solución salina es apropiada como diluyente. Soluciones diluidas deben usarse lo más rápido posible. Lasix 20 mg no deberá mezclarse con otros medicamentos dentro de la misma jeringa de inyección. La duración del tratamiento será fijada por el médico y se rige por el tipo y gravedad de la enfermedad.
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Efectos Colaterales:
Furosemida aumenta la excreción de sodio y cloro, consecuentemente, de agua y de otros electrolitos en particular potasio, calcio y magnesio. Pueden desarrollarse trastornos electrolíticos sintomáticos y alcalosis metabólica, las que se manifestarán como un aumento gradual del déficit electrolítico o, donde se hayan usado altas dosis en pacientes con función renal normal, como una pérdida aguda de electrolitos. Signos de precaución de trastorno electrolítico incluyen: aumento de sed, cefalea, confusión, calambres musculares, tetania, debilidad muscular, desórdenes del ritmo cardíaco y síntomas gastrointestinales. Los factores que influencian el desarrollo de estos trastornos electrolíticos son: enfermedades concomitantes (cirrosis hepática o insuficiencia cardíaca), tratamientos concomitantes (ver Interacciones Medicamentosas) y nutrición. La deficiencia de potasio puede ocurrir especialmente como resultado de vómitos o diarrea. La diuresis con furosemida puede ser muy potente y producir o contribuir a una hipovolemia y deshidratación, especialmente en pacientes ancianos. La depleción severa de fluidos puede producir aumento en la concentración sanguínea (hemoconcentración) con tendencia a desarrollar trombosis. Mediante una eliminación aumentada de orina se pueden provocar o empeorar los síntomas de una obstaculización del flujo de orina (por ej.: en caso de hipertrofia de próstata, estenosis uretral, hidronefrosis). El tratamiento con furosemida puede producir un aumento de grasa en sangre (colesterol y triglicéridos) y transitoriamente pueden aumentar creatinina y urea en suero. Con el tratamiento de furosemida, frecuentemente se produce un aumento de ácido úrico en la sangre. Esto puede ocasionar ataques de gota en pacientes predispuestos. Durante el tratamiento con furosemida se puede presentar una reducción de la tolerancia a la glucosa. Si se trata de diabéticos, esto puede llevar a un empeoramiento de la condición metabólica; una diabetes mellitus latente puede manifestarse. Usualmente pueden aparecer trastornos auditivos, generalmente reversibles, y/o zumbido de oídos (Tinnitus aurium). Se debe contar con esta posibilidad sobre todo en caso de inyección I.V. demasiado rápida, especialmente con pacientes afectados de insuficiencia renal (ver Administración) en hipoproteinemia (síndrome nefrótico). Reducción de la presión puede ocurrir y especialmente si es pronunciada puede haber signos y síntomas de falta de lucidez, deterioro de la concentración y alerta, sensación de presión en la cabeza, mareo, somnolencia, debilidad, deterioro visual, sequedad de boca y disturbios en la regulación circulatoria al pararse. Pocas veces se presentan trastornos gastrointestinales, como náuseas, vómitos o diarrea. En casos aislados se puede producir obstrucción del flujo biliar (colestasia intrahepática), aumento de transaminasas hepáticas o inflamación aguda del páncreas (pancreatitis aguda). Ocasionalmente se pueden presentar reacciones alérgicas de piel y mucosas. Se ha descrito una reacción intensa y algunas veces con amenaza para la vida (reacciones anafilácticas y anafilactoides) acompañadas, por ejemplo, muy pocas veces de colapso circulatorio (shock), hasta ahora se ha informado sólo después de una administración I.V. (véase las medidas recomendadas). En principio se pueden manifestar reacciones alérgicas como reacciones de la piel (por ej.: prurito, urticaria, erupciones vesiculares de la piel, eritema multiforme, dermatitis exfoliativa, púrpura), pero también en forma de estados febriles, como inflamación de vasos o de riñones (vasculitis o nefritis intersticial). Con poca frecuencia se pueden producir trastornos de la sensibilidad (parestesias) y ocasionalmente fotosensibilidad. Furosemida puede provocar alteraciones en el cuadro hemático: rara vez aparece eosinofilia, anemia hemolítica o aplásica, una reducción del número de leucocitos o agranulocitosis, y ocasionalmente reducción en el número de plaquetas (trombopenia). En prematuros pueden desarrollarse cálculos renales de calcio (nefrolitiasis) depósitos de sales de calcio en el tejido renal (nefrocalcinosis). En caso de niños prematuros, furosemida puede aumentar, en las primeras semanas de vida, el riesgo de persistencia del conducto de Botal. Después de la inyección I.M. puede haber dolor local. Algunos eventos adversos como descenso pronunciado de la presión sanguínea, pueden deteriorar la habilidad para concentrarse y reaccionar y por lo tanto constituir riesgo en situaciones donde estas habilidades son de particular importancia (por ej.: manejo de vehículos y maquinaria).
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Contraindicaciones:
Insuficiencia renal con deficiencia en la producción de orina (anuria), coma y pre-coma hepático, hipocalemia grave, hiponatremia grave, hipovolemia acompañada o no de hipotensión, o deshidratación, hipersensibilidad a furosemida o a alguno de sus componentes. Los pacientes con alergia a sulfonamidas (antibióticos sulfonamidas o sulfonilureas) pueden tener sensibilidad cruzada con furosemida.
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Precauciones:
Durante el tratamiento con Lasix 20 mg la excreción urinaria debe estar asegurada. En pacientes con obstaculización del flujo de orina (por ej.: en caso de hipertrofia de próstata, estenosis uretral o hidronefrosis) se requiere monitoreo cuidadoso, especialmente al inicio del tratamiento. El tratamiento con Lasix 20 mg requiere supervisión médica regular. Se requiere un control especialmente minucioso en caso de: hipotensión. Diabetes mellitus latente o manifiesta (se requieren controles regulares del azúcar en la sangre). Gota (se requieren controles regulares del ácido úrico). Pacientes con riesgo particular por pronunciada caída de la presión (estenosis coronaria o de los vasos que irrigan el cerebro). Antecedentes de pancreatitis. Antecedentes de lupus eritematoso. Nefropatía causante de pérdida de potasio. Historial de arritmias ventriculares. Insuficiencia cardíaca congestiva. Insuficiencia hepática severa en asociación con insuficiencia renal (síndrome hepatorrenal). Hipoproteinemia (por ej.: en caso de síndrome nefrótico). (El efecto de Lasix puede aumentar la ototoxicidad en estos pacientes; se requiere cautela en determinadas dosis). Niños prematuros, posibilidad de desarrollo de cálculos renales cálcicos (nefrolitiasis) y una sedimentación de sales de calcio en el tejido renal (nefrocalcinosis); control de la función renal y ecografía renal deben ser realizados. Además deben monitorearse regularmente los niveles de sodio, potasio y creatinina plasmática. Pacientes con alto riesgo de desarrollar alteraciones electrolíticas y en aquellos que tienen una importante pérdida de fluidos por ejemplo, vómitos, diarrea o sudoración intensa deben ser monitoreados con frecuencia. En hipovolemia o deshidratación como cualquier trastorno electrolítico que tenga desbalance ácido-base debe ser corregido y puede requerir discontinuar temporalmente el tratamiento. Embarazo y lactancia: furosemida atraviesa la barrera placentaria. Por lo tanto no debe administrarse Lasix 20 mg durante el embarazo a menos que existan fuertes razones médicas para ello. Si se administra Lasix 20 mg durante el embarazo el crecimiento fetal debe ser monitoreado. Furosemida pasa a la leche materna e inhibe la lactancia. Por ello, no debe administrarse Lasix 20 mg durante este período.
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Interacciones Medicamentosas:
Ciertos disturbios electrolíticos, por ejemplo hipocalemia o hipomagnesemia, pueden desarrollarse durante el tratamiento y puede aumentar la sensibilidad a ciertas drogas (preparados digitálicos y drogas que inducen el síndrome de prolongación del intervalo QT). Corticoesteroides, carbenoxolona, grandes cantidades de regaliz y uso prolongado de laxantes pueden aumentar el riesgo de hipokalemia. La administración conjunta de amiodarona aumenta el riesgo de arritmias asociadas a hipokalemia. El efecto ototóxico de los aminoglucósidos y otras drogas con el mismo potencial puede ser aumentado mediante el uso simultáneo de furosemida. Debido a que el daño auditivo resultante puede ser irreversible, se debe reservar la administración simultánea para casos de indicaciones vitales. Administrando simultáneamente furosemida y cisplatino se debe contar con la posibilidad de una lesión auditiva. Si en caso de un tratamiento con cisplatino se intenta una diuresis forzada con furosemida, se debe emplear furosemida únicamente en pequeñas dosis (por ej.: 40 mg en caso de función renal normal) y con un balance positivo de líquido. En otro caso se puede aumentar la nefrotoxicidad de cisplatino. Furosemida puede aumentar los efectos nocivos para el riñón de los antibióticos nefrotóxicos. La administración simultánea de antiflogísticos no esteroidales puede reducir el efecto de furosemida. La administración concomitante de furosemida en pacientes con deshidratación e hipovolemia puede producir insuficiencia renal. La toxicidad de los salicilatos puede estar aumentada. También con una administración simultánea de fenitoína se ha descrito una disminución del efecto de furosemida. La administración concomitante con agentes antihipertensivos u otros medicamentos hipotensores puede producir una marcada baja de presión. Cuando se administra un inhibidor ECA por primera vez o cuando se aumenta la dosis puede producir una hipotensión severa y deterioro en la función renal. De allí que se debe considerar la interrupción temporal de furosemida o, al menos, reducir la dosis de furosemida 3 días previos a comenzar el tratamiento con ECA o antes del aumento de la dosis. Probenecid y metotrexato, que al igual que furosemida son excretados significativamente por el túbulo renal, pueden reducir el efecto de furosemida. Por otra parte, furosemida puede disminuir la eliminación renal de estos medicamentos. Especialmente cuando furosemida y estas medicinas se administran concomitantemente en dosis altas, pueden aumentar las concentraciones plasmáticas de ellos, como también aumenta el riesgo de sus efectos adversos. Se puede debilitar el efecto de los antidiabéticos y aminas presoras (por ej.: epinefrina, norepinefrina) y potenciar el efecto de la teofilina o de relajantes musculares del tipo "curare". Bajo el efecto de furosemida se reduce la eliminación de las sales de litio, lo que puede llevar a un aumento de los niveles plasmáticos de litio y consecuentemente a toxicidad por litio. Por lo tanto se deben monitorear las concentraciones del litio en pacientes que reciben esta combinación. En casos aislados se puede producir, después de la administración I.V. de furosemida en un período de 24 horas después de la toma de hidrato de cloral, sensación de calor, sudoración, inquietud, náuseas, aumento de la presión sanguínea y taquicardia, por lo tanto el uso concomitante de ambos medicamentos debe evitarse.
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Sobredosificación:
Se requiere tratamiento en caso de sobredosis. El cuadro clínico de una sobredosis aguda o crónica depende primordialmente de la extensión o consecuencia de la pérdida de electrolitos y fluidos por ejemplo hipovolemia, deshidratación, hemoconcentración, arritmias (incluyendo bloqueos AV y fibrilación ventricular). Los síntomas de estos trastornos incluyen hipotensión severa (que puede progresar al shock), insuficiencia renal aguda, trombosis, delirio, parálisis fláccida, apatía y confusión. No se conoce un antídoto específico para furosemida. Si la ingestión ha sido reciente, se debe intentar limitar la absorción del ingrediente activo con medidas como lavado gástrico o uso de carbón activado. Los disturbios clínicos relevantes en electrolitos y fluidos deben ser corregidos. Junto con la prevención y el tratamiento de las complicaciones serias, estas medidas correctivas pueden necesitar monitoreos médicos intensivos generales y específicos y medidas terapéuticas. Medidas de urgencia en casos de shock anafiláctico: por regla general se recomiendan las siguientes medidas de urgencia: al presentarse los primeros síntomas (sudoración, náuseas, cianosis), se interrumpirá la inyección, dejando la aguja dentro de la vena o procurando un acceso venoso. Aparte de las medidas de urgencia habituales, se situará al paciente con la cabeza y el tronco bajo el plano horizontal piernas levantadas, procurando mantener expeditas sus vías respiratorias. Medidas medicamentosas de urgencia: administrar inmediatamente epinefrina (adrenalina) I.V.: después de diluir 1 ml de una solución comercial habitual de epinefrina al 1:1000 hasta 10 ml, se inyecta primero lentamente, 1 ml de esta solución (= 0.1 mg de epinefrina), controlando el pulso y la tensión arterial (vigilar los posibles trastornos del ritmo cardíaco). La administración de epinefrina puede repetirse. A continuación efectuar substitución de volumen I.V.: por ejemplo, expandidores del plasma, albúmina humana, solución electrolítica completa. Administrar a continuación glucocorticoides I.V.: por ejemplo, 250 a 1000 mg de metilprednisolona. La administración de glucocorticoides puede repetirse. Las dosificaciones recomendadas son válidas para un adulto de peso normal. En niños deben reducirse las dosis correspondientemente al peso corporal. Otras medidas terapéuticas: por ejemplo, respiración artificial, inhalación de oxígeno, antihistamínicos.
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Conservación:
Consérvese el preparado en un lugar protegido de la luz.
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Observaciones:
Aunque la administración de furosemida origina sólo algunas veces hipocalemias, es adecuado guardar siempre un régimen alimentario rico en potasio. Ocasionalmente, puede estar indicada una substitución medicamentosa del potasio, o la administración de substancias retenedoras de potasio.
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Presentaciones:
Envase conteniendo 5 ampollas de 20 mg/2 ml.
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