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Composición:
Cada 1 ml de solución acuosa contiene: Iopamidol 0.612 g. Concentración de Iodo 300 mg/ml. Concentración del medio de contraste 612 mg/ml.
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Acción Terapéutica:
Medio de contraste radiológico.
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Indicaciones:
Está indicado tanto en la mielografía, la cisternografía y la ventriculografía, como en todas las exploraciones angiográficas y urográficas y para realzar el contraste en la tomografía axial computarizada. Por sus propiedades puede utilizarse además en la representación de cavidades orgánicas (por ej.: artrografía, fistulografía, vesiculografía, colangio-pancreatografía por endoscopia retrógrada).
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Propiedades:
Es un medio de contraste no iónico que se presenta en soluciones de distinta concentración, listas para su uso. Su excelente tolerancia local y general se debe a su baja presión osmótica, a la ausencia de disociación y a su marcada hidrofilia.
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Posología:
Generalidades: en ocasiones extremadamente raras se observa cristalización en las soluciones de iopamidol, incluso estando intacto el envase. Si bien pueden redisolverse los cristales mediante agitación y calentamiento, es preferible emplear otro envase. Inmediatamente antes de su empleo se deberá extraer la solución de medio de contraste. Las soluciones de medios de contraste están previstas para una sola extracción. Por principio, el tapón de goma debe ser perforado sólo 1 vez. Para la perforación del tapón de goma y la extracción del medio de contraste se recomienda utilizar cánulas de bisel agudo largo con un diámetro máximo de 18 G (particularmente apropiadas son las cánulas especiales de extracción con orificio lateral, por ejemplo cánulas Nocore-Admix). Las cantidades de medio de contraste no empleadas en un proceso exploratorio deben desecharse. El paciente ha de estar en ayunas (sólidos y líquidos) pero suficientemente hidratado. Los trastornos del metabolismo hidrosalino deberán haber sido compensados previamente. Esto vale especialmente para los pacientes afectados por los mismos. La experiencia ha demostrado que los estados de excitación, angustia y dolor pueden ser el origen de efectos secundarios o intensificar las reacciones provocadas por el medio de contraste. Por eso conviene evitar tales estados, tranquilizando a los pacientes, incluso con medicación adecuada. En casos excepcionales pueden administrarse 0.2 g de fenobarbital por vía I.M. a los pacientes demasiado nerviosos para tranquilizarlos. El efecto preventivo se mantiene durante aproximadamente 8-12 horas. Si se emplean agujas de punción fina, no se necesita anestesia local. Si se administran antieméticos, éstos no deben tener efecto neuroléptico. Después de cada exploración del espacio subaracnoideo, especialmente de los segmentos superiores, debe hacerse lo posible para que el medio de contraste fluya hacia la región lumbar. Esto se consigue sentando al paciente con el tronco bien erguido algunos minutos. A continuación el paciente deberá guardar cama durante 24 horas por lo menos; en las primeras 6 horas, con el tronco en posición horizontal y la cabecera de la cama levantada en un ángulo de 15º. Ante el temor de un descenso del umbral de excitabilidad, deberá vigilarse cuidadosamente al paciente durante 8 horas. La administración intravascular de medios de contraste debe efectuarse, a ser posible, en pacientes acostados, que deberán permanecer bajo vigilancia por lo menos hasta ½ hora después de efectuada la administración, ya que la mayor parte de los accidentes graves ocurre, según la experiencia, en este período. Según indica la experiencia el medio de contraste es mejor tolerado calentándolo, hasta alcanzar la temperatura corporal. En las angiografías de la región abdominal y en las urografías se consiguen mejores imágenes radiológicas cuando el intestino está libre de residuos y gases. Por ello, en los 2 días anteriores a la exploración se evitarán los alimentos flatulentos, en particular legumbres, ensalada, fruta, pan integral o recién cocido, así como todo tipo de verduras crudas. En víspera de la exploración, la cena no debe tomarse después de las 6 de la tarde. A continuación puede ser recomendable administrar un laxante. En lactantes y niños pequeños, sin embargo, no debe mantenerse una carencia prolongada de alimentos ni administrarse laxantes antes de la exploración. Una propiedad de los medios de contraste (MdC) no iónicos es su extraordinariamente baja influencia sobre las funciones fisiológicas normales. Como consecuencia de ello, los MdC no iónicos tienen in vitro un efecto anticoagulante menor que los MdC iónicos. Por tal motivo hay que observar una técnica angiográfica particularmente esmerada e irrigar a menudo con solución salina fisiológica los catéteres utilizados a fin de minimizar el riesgo de tromboembolias asociado a este método exploratorio. Dosificación: En la tabla siguiente figuran las propuestas de dosificación para adultos de peso normal. Las cantidades señaladas son valores medios que, dado el caso, pueden diferir en uno u otro sentido de acuerdo con la edad, peso, volumen minuto, estado general, problema diagnóstico a resolver, técnica de exploración, así como naturaleza y volumen de la región a explorar. La reducida capacidad de concentración fisiológica de la nefrona todavía inmadura del riñón infantil obliga a administrar dosis relativamente más elevadas del medio de contraste en la urografía I.V. Exploraciones en lactantes y niños exigen siempre una dosificación individual que considere tanto la edad y peso del paciente, como la magnitud de la región a explorar.
Ver Tabla
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Efectos Colaterales:
En administración subaracnoidea: los trastornos subjetivos más frecuentes son cefaleas, náuseas y vómitos. Las cefaleas, sin embargo, según la experiencia no se presentan más a menudo que las que se observan como consecuencia de la pérdida de presión en el espacio subaracnoideo tras una punción lumbar. Por lo tanto, a ser posible no debe extraerse un volumen de LCR mayor que el que va a ser sustituido por la solución de medio de contraste. Por el contrario, la inyección de una cantidad de medio de contraste superior a la de LCR extraído no provoca aumento de la presión en el espacio subaracnoideo. Pueden presentarse cefaleas intensas que se prolonguen durante algunos días. En las exploraciones de las regiones cervical y torácica se observó un ligero aumento en la presentación de cefaleas, náuseas y vómitos frente al registrado en las de la región lumbar. A este respecto representan posiblemente un papel la dosis mayor y el riesgo aumentado de que el medio de contraste sin diluir alcance los espacios intracraneales, bien a causa de movimientos involuntarios del paciente, bien debido al mantenimiento de la cabeza en un plano inferior durante largo tiempo. Si se sospecha el paso de medio de contraste sin diluir a las cisternas basales, se recomienda administrar 0.2 g de fenobarbital I.M. como profiláctico frente a posibles reacciones epileptiformes. Si se produjese una crisis convulsiva, se administran inmediatamente 10 mg de diazepam por vía I.V. lenta. De 20 a 30 minutos después de dominada la crisis y para evitar recidivas se aplican 0.2 g de fenobarbital I.M. si no se ha hecho ya antes como medida profiláctica. Ante los primeros signos de hiperreflexia o ante contracciones musculares debe administrarse diazepam por vía I.V. como medida precautoria, sobre todo a causa de su rápido efecto. Efectos secundarios de menor importancia son aturdimiento, dolores o intensificación de los ya existentes en la espalda, nuca o extremidades. En casos aislados pueden aparecer confusión mental pasajera, alucinaciones, así como alteraciones no específicas, transitorias del EEG. De 2 a 6 horas después de la inyección se han observado una relativamente ligera miotonía, paresias o parestesias. Si se presentasen estados de inquietud o dolores de cabeza, se recomienda administrar 0.2 g de fenobarbital por vía I.M. Después de la administración de medios de contraste hidrosolubles, no iónicos, para mielografía, se observaron en casos muy aislados la aparición de meningitis aséptica con fiebre, rigidez de la nuca, cefalea y aumento del número de células en el líquido cefalorraquídeo. Los síntomas desaparecieron en general antes del transcurso de 1 semana. En administración intravascular: los efectos secundarios relacionados con el uso de medios de contraste intravasculares con contenido de yodo son normalmente de grado ligero a medio y pasajeros. Se presentan menos frecuentemente con los medios de contraste no iónicos que con los iónicos. Pero se han observado también reacciones graves, de peligro mortal y también casos de muerte. Las reacciones que más frecuentemente se presentan con la administración intravascular son: náuseas, vómitos, rubor, sensación general de calor y dolor. Las molestias subjetivas, como sensación de calor o náuseas pueden atenuarse rápidamente reduciendo la velocidad de administración o interrumpiéndola brevemente. Además pueden aparecer los siguientes síntomas: escalofríos, fiebre, sudor, cefalea, mareos, palidez, debilidad, ahogos y sensación de asfixia, jadeo, ascenso o descenso de la presión sanguínea, prurito, calambres, temblor muscular, estornudos, lagrimeo. Estas reacciones, que pueden aparecer independientemente de la cantidad administrada y del modo de administración, pueden ser señales iniciales de shock. En estos casos hay que suspender inmediatamente la administración de medios de contraste y, si es necesario, iniciar por vía venosa el tratamiento adecuado. Por eso se recomienda también para las administraciones I.V. el uso de una cánula flexible permanente. Con el fin de poder reaccionar sin pérdida de tiempo deben estar listos para su uso inmediato: los medicamentos correspondientes, tubo traqueal y respirador artificial (véase "Orientaciones acerca del tratamiento de los accidentes producidos por medios de contraste"). En pacientes con predisposición alérgica se observan con más frecuencia reacciones de hipersensibilidad. Reacciones serias, que requieren un tratamiento de emergencia, pueden presentarse en forma de reacción circulatoria con vasodilatación periférica y consecuente descenso de la presión sanguínea y taquicardia refleja, disnea, agitación, confusión y cianosis, que pueden conducir hasta la pérdida del conocimiento. Si el medio de contraste se administra al lado de un vaso sanguíneo (paravasal), se presentan reacciones tisulares importantes sólo en casos aislados. Se sabe que en casos de angiografía cerebral u otras intervenciones en las que el medio de contraste alcanza el cerebro con la sangre arterial, pueden ocurrir complicaciones neurológicas como coma, confusión pasajera y somnolencia, paresia pasajera, trastornos visuales o debilidad del nervio facial así como crisis epilépticas (en pacientes con epilepsia o con lesiones cerebrales focales). En casos muy poco frecuentes se ha descrito la presentación de un ataque en este tipo de pacientes también durante la administración I.V. del medio de contraste. En casos aislados puede presentarse una insuficiencia renal aguda. Ocasionalmente pueden presentarse reacciones tardías. Orientaciones acerca del tratamiento de los accidentes producidos por medios de contraste: para poder actuar rápidamente al presentarse complicaciones durante el empleo de medios de contraste, es imprescindible tener dispuestos los medicamentos e instrumentos necesarios para el tratamiento de emergencia y estar familiarizado con las medidas a adoptar. Se recomienda la siguiente conducta: inyección I.V. de un corticoide hidrosoluble a dosis elevadas, por ejemplo, hemisuccinato sódico de 6 alfa-metilprednisolona a la dosificación siguiente: en todos los casos, inyección inmediata de 500 mg (250 mg para niños menores de 4 años), siendo la duración de la inyección de 2 a 3 minutos; en casos muy graves durante los 3 a 5 minutos siguientes se debe continuar inyectando el corticoide hasta una dosis total de 30 mg/kg de peso (es decir en total unos 2000 mg para un paciente de 70 kg) . Es recomendable dejar la cánula en la vena, con el fin de disponer de un rápido acceso al sistema vascular. Algunos autores prefieren una restitución temprana de la volemia (véase "Insuficiencia circulatoria y shock"), lo cual puede hacerse antes o al mismo tiempo que la administración de corticoides. Inhalación de oxígeno; si es preciso, con respiración artificial. Las medidas que se adopten en adelante dependen de la evolución subsiguiente o de los síntomas predominantes (las dosificaciones expresadas a continuación se refieren solamente a adultos, por lo que deberán reducirse de acuerdo con la edad si se trata de niños). Insuficiencia circulatoria y shock: colocación inmediata del paciente en la posición empleada en casos de shock (cabeza en posición baja; piernas y brazos en posición elevada). Inyección I.V. lenta de un estimulante circulatorio periférico. Reposición de la volemia con sustitutivos del plasma. Infusión gota a gota de noradrenalina, 5 mg en 500 ml de líquido, por ejemplo, suero fisiológico, regulando la dosificación según el efecto conseguido, aproximadamente de 10 a 20 gotas por minuto. El pulso y la presión sanguínea deberán ser controlados constantemente. Paro cardíaco (asistolia): compresión rápida y enérgica de la pared torácica en el centro de la región esternal. Si no hay reacción, se efectuarán inmediatamente masaje cardíaco extratorácico y respiración artificial (boca a boca; oxigenoterapia hiperbárica; intubación, si es posible) 0.5 mg de orciprenalina por vía intracardíaca; marcapasos cardíaco. Una vez recuperadas las contracciones espontáneas, aunque sean débiles, se debe administrar por vía I.V. 0.5 a 1.0 g (5 a 10 ml de una solución al 10%) de gluconato cálcico. Téngase presente la incompatibilidad del calcio con los glucósidos cardíacos. Fibrilación ventricular: se practicarán, inmediatamente, masaje cardíaco extratorácico y respiración artificial. Desfibrilación mediante desfibrilador cardíaco, repítase, si es necesario. Si no hay resultado positivo o no se dispone de un desfibrilador, se administran por vía intracardíaca 0.5 g de procainamida. Para combatir la acidosis hipoxémica, que se produce siempre en el paro cardíaco o en la fibrilación ventricular, se debe administrar por vía I.V. una solución de bicarbonato sódico: por ejemplo 50 ml de una solución al 8.4% (mEq/ml) cada 5 a 10 minutos. Contrólese el pH sanguíneo. Edema pulmonar: sangría blanca, realizada utilizando el manguito de un esfigmomanómetro; en adultos, si es preciso, sangría cruenta. Diurético de acción rápida por vía I.V. y, en adultos, infusión de solución glucosada al 40% (100 ml) para producir diuresis osmótica; si el paciente no está todavía digitalizado, digitalización rápida con el glucósido cardíaco apropiado, por ejemplo, en adultos, 1/8 a 1/4 mg de estrofantina por vía I.V. (atención con la estenosis mitral). Respiración a presión, pero no en estado de shock. Síntomas cerebrales: se debe administrar, si existe inquietud, un tranquilizante (por ej.: diazepam) por vía I.M. o lentamente por vía I.V.; si existe agitación extrema, neurolépticos, asociados eventualmente a 50 mg de prometacina intraglútea. En las crisis cerebrales de origen orgánico se administrarán por vía I.M. 0.2-0.4 g de fenobarbital; en las convulsiones graves (estados epilépticos), un narcótico de corto efecto por vía I.V. Manifestaciones alérgicas: además de corticoides, en la urticaria intensa se debe administrar lentamente por vía I.V. un antihistamínico y eventualmente un preparado de calcio (téngase presente la incompatibilidad del calcio con los glucósidos cardíacos). Durante el acceso asmático, un preparado de teofilina administrado muy lentamente por vía I.V., en caso necesario, 0.5 mg de orciprenalina muy lentamente por vía I.V., en el edema de glotis, un antihistamínico (por ej.: prometacina 50 mg) lentamente por vía I.V. Si existe obstrucción de las vías respiratorias superiores, puede ser necesario efectuar una traqueotomía.
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Contraindicaciones:
Hipertiroidismo manifiesto. Durante el embarazo o en presencia de procesos inflamatorios agudos en la cavidad pélvica no deben efectuarse histerosalpingografías.
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Precauciones:
Generalidades: ha de tenerse especial cuidado en los casos de hipersensibilidad frente a los medios de contraste yodados. Según muestra la experiencia, en pacientes con predisposición alérgica se presentan con mayor frecuencia reacciones de hipersensibilidad. Algunos radiólogos administran en estos casos, profilácticamente, por ejemplo, antihistamínicos y/o corticoides. Si así se procede, debe procurarse no mezclar para su inyección conjunta los antihistamínicos o corticoides con el medio de contraste. Hasta la fecha no se ha demostrado la inocuidad del empleo de Radiomiron en pacientes embarazadas. Dado que durante el embarazo debe evitarse en lo posible cualquier exposición a los rayos X, ello es motivo suficiente para que el beneficio de cada exploración radiológica -con o sin medios de contraste- se considere cuidadosamente frente al posible riesgo. Después de haber administrado medios de contraste yodados de eliminación renal, la capacidad del tejido tiroideo para la captación de los isótopos radiactivos empleados en el diagnóstico del tiroides queda reducida hasta 2 semanas y, en casos aislados, incluso más. En la administración intravascular: en los casos de alteraciones graves de las funciones hepática o renal, de insuficiencia cardíaca o circulatoria, enfisema pulmonar, mal estado general, arteriosclerosis cerebral, diabetes mellitus que requiere tratamiento, convulsiones de origen cerebral, hiperfunción tiroidea latente, bocio nodular blando y mieloma múltiple, la decisión de realizar una exploración con medios de contraste por vía de administración intravascular, se debe tomar con un criterio muy riguroso. En los pacientes con mieloma múltiple, diabetes mellitus que requiere tratamiento, poli u oliguria, gota, así como en los lactantes, niños pequeños y pacientes con muy mal estado general no debe restringirse la toma de líquidos antes de administrar Radiomiron. En pacientes con feocromocitomas y ante el peligro de que se presente una crisis hipertensiva se recomienda el empleo previo de alfabloqueadores. En pacientes con nefropatía diabética, la administración intravascular de medios de contraste puede predisponer para un empeoramiento de la función renal. Esto puede acarrear una lactacidosis cuando se tomen biguanidas. Como medida de precaución se debe interrumpir la toma de éstas, 48 horas antes de la exploración radiológica y se debe reanudar la toma sólo cuando se haya recuperado suficientemente la función renal. En administración subaracnoidea: las convulsiones de origen cerebral representan una contraindicación relativa para las exploraciones del espacio subaracnoideo. Si a pesar de ello y, aplicando un criterio riguroso, se considera necesario realizarlas, deberán tenerse a mano los medios necesarios para dominar cualquier cuadro convulsivo que pueda presentarse (véase Efectos Colaterales). El tratamiento con neurolépticos o antidepresivos deberá suspenderse 48 horas antes de la exploración, ya que estas sustancias rebajan el umbral convulsivo. También se recomienda precaución en las exploraciones en alcohólicos y drogadictos, ya que el umbral de excitabilidad puede estar rebajado en estos pacientes.
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Presentaciones:
Envase conteniendo ampollas de 10 ml y 50 ml.
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